Sinceridad biológica de adultos



¿Me vas a negar que anhelas a un hombre que cada mañana te recuerde lo hermosa que eres? ¿Que cuando te tenga entre sus brazos sientas la seguridad que siente un osezno con su madre? ¿Que cuando llegues cansada y estresada por las noches te acaricie y rasque tu espalda? ¿Y que te haga el amor dos veces al día?

No te voy a engañar, no serás mi prioridad, no serás ni eres mi mundo, mi vida, mi felicidad. Mucho menos espero que yo sea eso para ti. Seremos aliados íntimos de nuestras metas, sin perder individualidad.

No me voy a engañar, la confianza, el amor, la paciencia, tolerancia y fidelidad que han logrado mi familia y mis amigos en años, no los obtendrás a primera vista, ni a segunda, ni en meses, no puedo deshonrarlos, ni tú a los tuyos.

Siempre serás libre, como mis amigos, no tendré obsesión de amarrarte todo el día conmigo, ni siquiera cada semana, ni en cada viaje, ni en cada salida; pues estaré seguro que quieres lo mejor para mi, como yo para ti. Quizá a ti sí te exciten esas demencias obsesivas, pero quiero por encima de mi, que siempre seas tú.

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