ESCRITOS DEL FER (TIMBIS)

Como no tengo foto, es lo más parecido, jajajaja.

Ruégale a Rosario (apología)


Cerraré las puertas del cielo
para que solo puedas entrar tú
heredera del dorado maíz,
aparecerás en astillas de dulce forma
como la canela roja, y el santo carbinol.


Si nos dignas con tu resplandor en la tierra, nacerás en torrenciales lluvias de menta.

Ya bajaste, ahora te adoramos y todos te quieren tomar de tu fuego azul y tu luminiscencia. Tu iris nos ha maravillado a todos, es como si en verdad estuviésemos vivos, y viajáramos de vapor en vapor y de sal al océano y en secreto.

El todo ya cayó, y te has quedado dormida, soñando en no sé qué, podría ser que pienses en soñar y no lo consigues, solo te enmarañes en la flores y en las raíces, ojalá tu sueño no te toque y te cause dolor, como la vez que intentaste parar al mismo movimiento y tocar los manantiales rosas, y la vida de los arrepentidos, ya no digamos más, tan solo déjanos seguirte contemplando, y cuando pienses en partir hacia las otras tierras, o se aventuren a venir por ti las ninfas que son tus hijas, que guardan los corales y las esponjosas nubes, ¡ojalá! No partas con ellas.

No quiero abrir de nueva cuenta el portal celeste, solo me traerá amarguras incomprensibles, para los incomprensibles radicales, que viven en la estela de la luz.

Ya llegaron tus hijas, se atrevieron, desaparece pues, déjame aquí triste, que me embriagaré con la sal del mar y comeré vapor, a ver si después de algún tiempo logre cristalizarme en mi misma sal.




Eterno, finito (melódico)

Voy a flotar hacia 
donde la luz no existe,
donde las partículas
hablan unas con otras
y llenan de vida
los paladares vacíos.

Quiero flotar con el (rey) dueño
quiero ir con él
el es mi fuego milenario,
que me muestre ese
gran manipulador, el tiempo,
que engaña a la misma vida
con sus fugaces parpadeos.

Haz crujir tus tallos
y que el aire de la tarde
raspe tu piel y tus sentidos,
en este lugar hay quienes
piden ayuda al polvo, pero
no saben que los va a desgarrar.

Hoy me voy de esta esfera 
mágica y llena de espirales
medevuelvo con mi ilusión,
no preguntes por mi nube
ni por mi huella.


Perdido naufragó en su cara (apología)

Arruyas con tu canto
a los náufragos...
con tu lengua de culebra
con tus cuerdas de sirena,
a él le gusta el sonido
del silencio,
simpre quiso blandir
su espada lenida por ella.

Humedeció sus aguas
hasta que no reconoció
ni la voz del mar,
canonizó los caminos
con sus lágrimas
lo hizo por el Sol.
lo borró de sus sueños
volvió su día de papel.
Lámeme las manos
él lo limpió, hazlo
por mí, sirena.

La espuma salada, él no lo supo
el sueño y el canto flotan
ya es de noche
y hoy no hay luz
no volverán aparecer las estrellas
ellas lo siguieron hasta,
que, se hundió en su azar.

La playa quedó preñada
de huellas pero, algún
día atardecerá
y preguntaré:

¿Y por qué camina sobre su lene cara...?


Hoy no, mañana sí... bailando con el enemigo. (Melódico)


Escucha mi humo a través de tus dedos, esta vez velaremos... ¿a quién crees? A la muerte, es verdad.

Siempre jode y jode por detrás, sur, amarillo, y lo rojo ¡en serio!

Ayer la encontré, giraba entre los chaparrales, y a su paso las ramadas dejaban caer sus hojas secas. Escucho mi humo, no lo percibió entre sus blandas carnes, y su pelo de pachol se apartó de su meditabunda cara, advirtió mi presencia por aquella vereda, y me animé a intercalar palabras con ella, y le pregunté:

¿Qué tienes?

Nada, dijo ella, me lleva la tristeza y la chingada, aunque no me lo creas.

Y no hay más qué pensar, ni a quién fastidiar ¿tal vez tú? Pero no. Algún amanecer, un día con Sol y con estrellas matutinas, me llegó el inesperado sitio.

Tal vez fue por la humedad del mar, y su dulce sal, o el polvo por quien todo fue creado, atizaron fuego a mi milenaria juventud, y aquí estoy. Me voy.  Y con mirada imperceptible, llamó a su góndola, la abordó, y por entre el desierto se fué. Se alineó el universo, y no dijo mas que regresará, porque ella o él, no se quien sea de verdad, pues tiene su sexo truncado, dijo que sabía, que: "el primer cielo fue medido con mecate y con ixtle", y hoy la velamos sin cirios pascuales, solo con su estuche que estrenará y un cigarrillo que los presentes fuman, y una nube con alcohol para que no nos embarguen la tristeza... o la alegría.


Me he perdido a mi mismo. (Melódico)


Ayer me sentía morir,
al igual que todos mis días,
comencé en el camino de lactarios
y subí por el humo cuando vibró la voz.

Eran espinas rojas,
y entre gritos de sábila
subí para enredarme con ellas.

Pero el mes en que la luna se torna negra
había llegado, su habitante bajó,
el aire se siente denso,
la noche se me descubrió, se quitó su velo.

La ribera del Caspio estaba alta
sentí que no sería posible perecer
si no escuchaba el aleteo del aire
y bebía de las lágrimas de la luna.

Como cuando la noche es especial
y los destellos de sombras se apilan
como piedras amarradas con estacas
y los matices nocturnos enamoran
larvas que florecen en su viento.

La brisa de jade aún no me habla
la espina roja dice que puedo ser como ella
frágil pero podré defenderme
sin mencionar las estrellas que me protegerán.


Fernando Salinas Hernández.

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